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El apego a desconocidos: así funcionan las relaciones parasociales

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Las relaciones parasociales son vínculos unilaterales en los que una persona siente una conexión emocional profunda con alguien que no sabe de su existencia, como un personaje de ficción, un influencer, una celebridad o un creador de contenido. Aunque pueden parecer «reales» para quien las experimenta, ya que generan sentimientos genuinos de cercanía, apoyo, admiración o incluso amor, la otra parte no participa activamente en la relación.

¿Cómo se forman las relaciones parasociales?

Generalmente surgen cuando una persona consume de manera constante contenido de alguien más. Por ejemplo, el seguir a un creador en redes sociales y estar pendiente de sus publicaciones, historias y videos diariamente. Con el tiempo, el espectador puede desarrollar empatía por esa figura, e incluso llegar a sentirse parte de su círculo cercano, aunque en realidad no exista una interacción recíproca.

“Ahora, en el presente, con las redes sociales, las relaciones parasociales han evolucionado. Las figuras comparten sus vidas en tiempo real, fotos, videos e historias, y es como si nos invitaran a ser parte de su día a día y, lo mejor, podemos reaccionar e interactuar con ellos, pero aquí viene el detalle porque aunque contesten un comentario, den me gusta a todas sus fotos o contestemos sus historias, seguimos siendo parte de una audiencia, no de su círculo cercano y esta confusión es la que crea una relación parasocial”, explicó la Dra. Dany Araujo, conductora del programa Cayetanamente en Cayetano+.

Un rasgo clave de estas relaciones es su unilateralidad: solo una de las partes (el espectador, seguidor o fan) percibe una conexión o vínculo emocional con la otra (figura pública, influencer, celebridad o personaje ficticio), sin que exista un conocimiento personal recíproco.

¿Qué impacto pueden tener las relaciones parasociales?

Según la Dra. Araujo, esta relación que se “estrecha» con el tiempo, ya que, a medida que una persona consume más contenido de una figura pública, siente que la conoce mejor y desarrolla una sensación de cercanía, intimidad y confianza. Esto puede llevar a que muchas personas busquen ese tipo de interacción como una forma de refuerzo emocional.

En algunos casos, las relaciones parasociales funcionan como un escape, sobre todo en personas con rasgos de timidez o retraimiento, quienes encuentran en ellas una vía para comunicarse con el entorno. Sin embargo, el problema surge cuando esta interacción se convierte en la única fuente de bienestar emocional, limitando otras actividades y relaciones en la vida real.

Las relaciones parasociales pueden convertirse en un factor de riesgo para la salud mental. Muchas veces generan una ilusión de intimidad que brinda un fortalecimiento  momentáneo del estado emocional, pero sin una estrategia para regular las emociones a largo plazo. Asimismo, pueden proporcionar un aumento temporal en la autoestima, pero esto no es sostenible, ya que depende de una conexión unilateral.

¿Cuáles son los riesgos de una relación parasocial?

Uno de los principales riesgos es que, al interrumpirse (por ejemplo, si la figura deja de generar contenido o cambia su estilo de comunicación), la persona puede experimentar sentimientos de tristeza profunda, ansiedad o incluso depresión.

Es crucial reconocer la profundidad con la que una persona se involucra en este este tipo de relaciones y los estados emocionales que la llevan a establecerlas, ya que pueden representar una conducta de riesgo e incluso derivar a una adicción a las redes sociales.

La tecnología nos permite mantener una conexión constante con el mundo digital, lo que amplifica el riesgo para quienes tienen dificultades en la regulación emocional. La sensación de intimidad que generan estas relaciones puede ser gratificante en un inicio, pero también puede afectar nuestra percepción de la realidad y nuestra vida cotidiana, concluyó la Dra. Araujo.