Trastorno de déficit de atención e hiperactividad: De qué trata, señales de alerta y recomendaciones para manejarla en casa
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El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es un tema de gran relevancia en la actualidad. Sin embargo, muchos padres aún no están completamente informados sobre sus señales y la manera adecuada de abordarlo. Detectarlo a tiempo puede marcar una gran diferencia en la vida de un niño o adolescente, ya que un diagnóstico temprano permite implementar estrategias adecuadas para su desarrollo.
En diálogo con el programa Cayetanamente en Cayetano+, conducido por la Dra. Dany Araujo, la licenciada en psicología clínica Giuliana Salazar, especialista en trastornos del neurodesarrollo, brindó información clave sobre este trastorno, que afecta a numerosas familias.
¿Qué es el TDAH?
Es una condición neurobiológica que afecta la capacidad de una persona para concentrarse, controlar impulsos y regular su nivel de actividad. Aunque suele diagnosticarse en la infancia, en muchos casos persiste en la adultez.
“El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo que está ligado justamente a la afectación de las funciones ejecutivas. Esto va a tener repercusiones a nivel académico, a nivel social y sobre todo también a nivel emocional, siendo estos dos últimos puntos los que muchas veces no se visualizan como tan importantes dándole a veces más importancia a la parte de la afectación del aprendizaje”, explicó la Lic. Salazar.
Funciones ejecutivas y su impacto en el TDHA
La especialista indicó que el TDHA afecta varias funciones ejecutivas, que son habilidades cognitivas esenciales para la autorregulación y la planificación. Entre las principales dificultades que presentan los niños con este trastorno se encuentran:
- Problemas para mantener la concentración en tareas prolongadas o poco estimulantes
- Dificultad para resistir impulsos, lo que los lleva a actuar sin pensar
- Problemas para retener y manipular información en la memoria a corto plazo
- Dificultad para adaptarse a cambios o alternar entre diferentes tareas
- Falta de organización y problemas para gestionar el tiempo
- Dificultad regular emociones
- Complejidad para iniciar actividades que requieren esfuerzo mental sostenido
- Dificultad para evaluar su propio desempeño y corregir errores
El TDAH suele manifestarse en la infancia, generalmente antes de los 12 años, aunque en muchos casos los síntomas pueden ser evidentes desde los 3 a 6 años. Sin embargo, la intensidad y la claridad de los síntomas varían con la edad y el contexto.
Podemos notar dificultades desde edades muy tempranas. Por ejemplo, bebés muy irritables que lloran mucho o que tienen problemas para conciliar el sueño. A veces, los padres los llevan al hospital pensando que hay un problema de salud, pero en la evaluación no se detecta ninguna afección física, comentó la especialista.
Señales de alerta del TDAH
Los padres y las personas cercanas al niño pueden notar ciertas señales que actúan como alertas tempranas del TDAH. Estas características suelen manifestarse de manera frecuente y persistente en distintos entornos (casa, escuela, actividades sociales), afectando el desarrollo del niño.
Una de las primeras señales que los padres identifican es una necesidad constante de movimiento. Son niños con mucha energía, poco autocuidado y tendencia a conductas temerarias, lo que aumenta el riesgo de accidentes. “También por las rabietas o los llantos muy desmedidos y a su vez también por la dificultad para el seguir pautas en casa”, explicó la Lic. Salazar.
El TDAH no solo afecta la conducta del niño, sino que tiene un impacto significativo en el aprendizaje y el rendimiento académico, especialmente cuando comienza la etapa escolar. Es en este momento cuando las exigencias de concentración, organización y autocontrol aumentan, haciendo que las dificultades sean más evidentes.
Además, la especialista destacó que cuando un niño es diagnosticado con TDAH, no solo él necesita apoyo, sino toda la familia. Es un trastorno que afecta la dinámica familiar y, para manejarlo de manera efectiva, se requiere una intervención integral en la que los padres, hermanos y cuidadores aprendan estrategias para comprender y guiar al niño de la mejor manera.
¿Qué hacer si sospechamos que un niño o adolescente tiene TDAH?
Si se sospecha que un niño o adolescente podría tener TDAH, es recomendable seguir estos pasos:
- Observar con atención: Identificar si los síntomas son persistentes (no solo ocasionales) y se presentan en diferentes entornos (escuela, casa, actividades sociales).
- Consultar con la escuela: Los maestros pueden aportar información clave sobre su comportamiento y dificultades en clase.
- Hablar con un especialista: Un profesional de TDAH podrá hacer una evaluación adecuada.
- Evitar etiquetas negativas: No asumir que el niño es “flojo” o “malcriado”, sino entender que puede haber una dificultad real.
- Buscar apoyo profesional: Si se confirma el diagnóstico, trabajar en conjunto con especialistas para aplicar estrategias de intervención.
Recomendaciones para manejar el TDAH en el día a día
En casa, es importante implementar estrategias que ayuden al niño a organizarse y autorregularse:
- Establecer rutinas estructuradas, con horarios fijos para las actividades como levantarse, hacer tareas, jugar y dormir
- Dar instrucciones claras y en pasos pequeños para facilitar su comprensión
- Usar recordatorios visuales, como notas adhesivas, calendarios o alarmas para organizar sus actividades
- Reforzar el comportamiento positivo, felicitándolo por sus logros
- Reducir distracciones, creando un espacio tranquilo para estudiar, sin televisión o ruido excesivo
- Fomentar descansos activos, alternando momentos de concentración con pequeñas pausas para moverse
Cuando hay comprensión y estrategias adecuadas, los niños y adolescentes con TDAH pueden aprender a manejar sus dificultades y desarrollar todo su potencial. La clave está en la paciencia, la estructura y el apoyo constante.