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Día Mundial del Corazón: Cómo un hemograma puede revelar riesgo de muerte en la insuficiencia cardíaca aguda

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Cada 29 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Corazón, fecha impulsada por la Federación Mundial del Corazón con el respaldo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuyo objetivo es sensibilizar a la población sobre la importancia de la salud cardiovascular y la prevención de las enfermedades del corazón. Es una ocasión para reflexionar sobre hábitos, riesgos y acciones concretas para cuidar este órgano, pero también para conocer las investigaciones dirigidas a tratar sus complicaciones en nuestro país.

En el Perú, las enfermedades cardiovasculares constituyen una de las principales causas de muerte, mientas que a nivel mundial son responsables de 17,9 millones de decesos al año. Según el Ministerio de Salud (MINSA), más de 100 infartos se registran al día en el país y aproximadamente el 30% de los afectados fallecen antes de lograr recibir atención médica. 

Investigación sobre la insuficiencia cardiaca 

Dentro del espectro de las afecciones cardiovasculares se encuentra una que afecta a más de 306 mil personas y es es la principal causa de hospitalización en mayores de 65 años en el Perú: la insuficiencia cardíaca aguda (ICA). En dicho contexto, una investigación liderada por el Dr. Pedro Antonio Segura Saldaña, médico cardiólogo e investigador del Laboratorio de Ingeniería Biomédica de la Facultad de Ciencias e Ingeniería de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, analizó si una prueba rutinaria de sangre puede ayudar a predecir la mortalidad a 1 año en pacientes dados de alta tras una hospitalización por ICA. 

El estudio, publicado en Therapeutic Advances in Cardiovascular Disease, incluyó 709 pacientes hospitalizados en el Hospital Edgardo Rebagliati entre 2013 y 2017 y examinó la relación entre el ancho de distribución de glóbulos rojos (RDW) y la mortalidad a un año. Los hallazgos indicaron que un RDW elevado, definido como igual o mayor al 15%, se asocia con un riesgo triplicado de muerte en el primer año tras el alta, especialmente en pacientes sin anemia, donde el riesgo se multiplicó casi por siete.

Este estudio subraya la importancia del RDW como un predictor de mortalidad y destaca su potencial para ser utilizado en la práctica clínica. Al ser un análisis de sangre simple y accesible, puede incorporarse fácilmente en protocolos de evaluación de riesgo, lo que permite a los médicos identificar a los pacientes más vulnerables y adaptar su tratamiento de manera más efectiva.

Detectar a aquellos con un RDW elevado brinda la oportunidad de implementar intervenciones oportunas, como ajustes en la medicación o un seguimiento más cercano. Esta estrategia proactiva no solo tiene el objetivo de reducir la mortalidad, sino también de mejorar la calidad de vida de los pacientes, permitiéndoles vivir de manera más activa y saludable tras la hospitalización. De esta manera, la investigación abre nuevas vías para optimizar la atención médica y enfrentar las enfermedades cardiovasculares, un desafío crucial para la salud pública en el país.

Revive aquí un programa de Tu Salud sobre el paro cardíaco.

Nota elaborada por Francisco Vidal – Oficina de Promoción de la Investigación.