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La herencia herediana

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El Dr. José Luis Calderón Viacava es profesor emérito de nuestra casa de estudios.

La herencia herediana tiene muchos aspectos dignos de resaltar en la historia de nuestra querida Universidad Peruana Cayetano Heredia. Hoy me permito enfocarme en dos de ellos que considero fundamentales.

El primero es sobre el lema del escudo de nuestra universidad, un tema discutido en diversas ocasiones, pero que merece ser subrayado una vez más por su profunda importancia. Como bien sabemos, el lema fue elegido por el Dr. Honorio Delgado Espinoza (1892-1969), nuestro primer rector. Delgado fue una figura emblemática, no solo por su rol como humanista, sino también como filósofo, médico psiquiatra, educador, lingüista y biólogo, de gran trascendencia tanto para la medicina peruana como para nuestra institución.

El Dr. Delgado seleccionó el lema del Evangelio de San Juan, donde se narra el diálogo entre Jesús y Nicodemo. Nicodemo le pregunta a Jesús cómo es posible que alguien deba «nacer de nuevo» para ascender al Reino de los Cielos, y Jesús responde: «Tienes que renacer de lo Alto, del Agua y del Espíritu». A través del trabajo del maestro Fernando Porturas Plaza, supimos que en el acta que registra la propuesta del Dr. Delgado, este describió el lema así: «El Espíritu donde quiere se infunde».

Para mí, el mensaje que el Dr. Honorio Delgado dejó a todos los heredianos es que debemos cultivar nuestro espíritu para que este pueda ser infundido. En nuestra universidad, el cultivo del espíritu se fundamenta en los valores perpetuos de nuestros profesores fundadores. En ese sentido, quiero recordar una definición del Dr. Leopoldo Chiappo Galli sobre el espíritu humano: «El espíritu humano es el conjunto de conocimientos y experiencias que una persona adquiere a lo largo de su vida, y que le permiten desarrollar la sensibilidad necesaria hacia los valores transvitales, hacerlos suyos y vivir de acuerdo con ellos».

Si queremos darle un uso práctico a esta definición, debemos conectarla con el concepto de salud espiritual, que se refiere a los valores con los que una persona guía su vida. En nuestra universidad, los valores no son simples palabras; son personas. Cualquier herediano puede nombrar un valor y, con facilidad, asociarlo a profesores que lo encarnaron plenamente. De entre estos valores destaco los más significativos: dignidad, consecuencia, coraje, excelencia, honorabilidad, nobleza, liderazgo, compromiso, fortaleza y mística.

Quiero subrayar una enseñanza que he vivido y aprendido aquí: los valores son verdaderas fuerzas vitales. Son poderes que, cuando se aplican de la forma correcta, logran resultados extraordinarios. Nuestra querida Universidad Peruana Cayetano Heredia es prueba de ello.

El segundo tema que quiero abordar es el término «maestro de maestros», una frase utilizada coloquialmente en muchas instituciones académicas para reconocer a aquellos profesores especiales por su legado y trascendencia. Pero ¿qué significa realmente ser un «maestro de maestros»?

Para mí, la respuesta es clara: un profesor enseña y tiene alumnos; un maestro, además de enseñar, guía y forma discípulos; pero un maestro de maestros va más allá: enseña, guía, inspira, exalta y consuela, y tiene seguidores que lo ven como un referente.

En mi experiencia personal, y en la de muchos de mis colegas clínicos, el Dr. Amador Carcelén Bustamante fue ese maestro de maestros, aunque, por supuesto, nuestra universidad cuenta con una extensa lista de grandes figuras que han merecido este título. Para terminar, quiero recordar una frase de Bernardo de Chartres (siglo XIII) que se ha usado como una constatación del proceso colectivo del conocimiento científico y que se aplica sin ninguna duda a nuestra institución: “Si he logrado ver más lejos, ha sido porque he subido en hombros de gigantes”, nuestros profesores fundadores.

Dr. José Luis Calderón Viacava, profesor emérito