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Desafíos de la Universidad Peruana rumbo al 2050

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Discurso del Dr. Enrique Castañeda en el Encuentro de Rectores y/o Presidentes de Comisiones Organizadoras de las Universidades del Perú, en el marco del Bicentenario de la Universidad Nacional de Trujillo:

Saludo al Sr. rector de la Universidad Nacional de Trujillo, Dr. Carlos Vásquez Boyer, y a toda la comunidad universitaria por la celebración del Bicentenario de la Universidad de Bolívar y Sánchez Carrión. Saludo a mis colegas que participamos como expositores.

Es un gran honor participar en esta magna celebración, como egresado de la XVII promoción de medicina de la UNT y actual rector de la Universidad Peruana Cayetano Heredia.

Puedo decir con sinceridad que en la UNT cultivé mi formación como profesional médico, con fuerte interés en la política y la sociología. Aquí aprendí a valorar la democracia, asumiendo el rol de liderazgo y a querer al Perú.

Ingrese a la Facultad de Medicina de la UNT en 1974, estudiando los primeros cursos en la reciente ciudad universitaria, para luego, a partir del segundo año pasar a la facultad y posteriormente realizar mis prácticas en los hospitales Regional y Belén.  Mis profesores, con altísimo compromiso y dedicación han sido un ejemplo permanente en mi vida, por ello les agradezco por la formación que recibí, de la que me siento muy orgulloso.

En los setenta luchábamos por recuperar la democracia, en un escenario latinoamericano de gobiernos militares, cada uno más totalitario que el otro. En el Perú se logró torcer la autocracia y generar la asamblea constituyente, y luego las elecciones de 1980.

Egrese de la Facultad en 1983, ya con un gobierno democrático, y con muchas expectativas de desarrollo de nuestro país. Pero no habíamos previsto lo peor, como fueron el surgimiento de la violencia terrorista, la hiper inflación y destrucción del estado, para luego caer en un nuevo gobierno autoritario y cleptócrata. En el 2001, al recuperar nuevamente la democracia resurgió la esperanza de un nuevo ciclo de desarrollo, que pasados los años de crecimiento económico y luego de los escandalosos casos de corrupción de los gobiernos de los últimos 20 años, nos dejan un amargo y cruel corolario: La corrupción ha limitado el desarrollo y el progreso del país.

Hay un libro al que recurro con frecuencia, cuando un nuevo caso de corrupción es anunciado, el de Alfonso Quiroz “Historia de la Corrupción en el Perú”, donde nos presenta un país fuertemente afectado por la corrupción, desde las postrimerías del periodo colonial hasta nuestros días.

En la actualidad, nuevamente estamos luchando por recuperar la democracia, en un estado capturado, ya no por una dictadura abierta, sino por mafias que han corroído las instituciones, hasta degradarlas; lo vemos en el poder ejecutivo, en el poder legislativo, el tribunal constitucional y poco a poco van avanzando hacia el control absoluto de los otros poderes. Se ha retrocedido en la Reforma de la educación, la reforma universitaria y que decir en derechos básicos de la salud, la protección del medio ambiente, y en muchos campos de la actividad social, económica y política.

Pero el tema que nos convoca es presentar una visión de futuro de las universidades al 2050, por lo que a pesar de los males que hemos descrito, queda una esperanza, la cual debe estar centrada en nuestra juventud, que, al aspirar a una formación universitaria, debe tener un claro compromiso con el país.

Desde luego que el futuro está aquí, en las universidades, en los jóvenes universitarios y en los docentes, que aún sin ser tan jóvenes, no han perdido sus ideales de justicia y bienestar. Pero hay que atreverse a soñar el futuro deseable y luchar por este sueño, no tolerando que nos arrebaten la democracia, me refiero a la verdadera democracia, dialogante, participativa, con propuestas que se confrontan, pero que arriban a consensos, a puntos mínimos que permiten la gobernanza de las instituciones y del país.

Hay que destacar el rol de la universidad como formador de recursos humanos para el desarrollo del país y como movilizador de ascenso social, permitiendo un círculo virtuoso, de egresados exitosos, familias que salen de la pobreza, comunidades que prosperan y la sociedad que avanza en su desarrollo. Una de las mayores satisfacciones como Rector, es participar en las ceremonias de egresados, y constatar que alumnos destacados que provienen de becas, son la primera generación de su familia en tener educación universitaria.

Proyectar el futuro de una universidad hasta el año 2050 implica considerar una serie de tendencias y posibles desarrollos en la educación, la tecnología, la sociedad y la economía. Por lo que les presento una perspectiva general de los desafíos que podría enfrentar la universidad en el 2050.

El primero es impulsar la calidad en las universidades. Con autoridades, docentes y alumnos comprometidos con la excelencia se puede asumir cualquier reto que se presente en el futuro.

La educación deberá ser más personalizada. Utilizando la inteligencia artificial, la realidad virtual aumentada y el aprendizaje significativo podremos adaptar el contenido de los cursos al ritmo de aprendizaje y preferencias de cada estudiante. Debemos transitar hacia una enseñanza centrada en el estudiante, resaltando sus logros académicos y disminuyendo la deserción.

Las universidades del futuro deberán estar más interconectadas a nivel regional y mundial, permitiendo una colaboración más estrecha entre estudiantes, docentes e investigadores de diferentes partes del mundo. La globalización de la educación facilitara el intercambio de ideas, culturas y conocimientos, enriqueciendo la experiencia educativa.

Además de conocimientos técnicos, las universidades deberán poner más énfasis en el desarrollo de habilidades blandas, como el pensamiento crítico, la solución de problemas, la comunicación efectiva, y el trabajo en equipo. Estas habilidades son esenciales para el éxito en un mundo laboral en constante evolución.

La educación no debe limitarse a los años universitarios, sino que deberá extenderse a lo largo de toda la vida laboral de una persona, con programas de educación continua y oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida, con certificaciones profesionales periódicas, mediante modelos educativos flexibles que permitan a los estudiantes acceder desde cualquier lugar y en cualquier momento.

Las universidades deberán tener un compromiso con la sostenibilidad ambiental y responsabilidad social abordando proyectos que contribuyan al desarrollo social.

Quiero comentarles que, en la Universidad Peruana Cayetano Heredia, hemos impulsado el proyecto Cayetano hacia el 2050, el cual está movilizando la participación de toda la comunidad universitaria, y esperamos concluir nuestra propuesta a fines de noviembre del presente año. Ha sido una apuesta por un análisis prospectivo que nos permitirá enfrentar los desafíos y aprovechar las oportunidades con miras a fortalecer nuestro liderazgo latinoamericano y mundial.

Lo que tenemos claro es avanzar como una universidad de clase mundial, con una sólida gobernanza, con egresados destacados con un gran compromiso con la excelencia académica y la responsabilidad social, en suma, una universidad que garantiza la sostenibilidad de largo plazo.

Para ello nuestra universidad priorizará los ejes de gestión institucional y desarrollo del talento, atrayendo y reteniendo talento; desarrollo de la tecnología e infraestructura centrada en el servicio al alumno; impulsar la innovación y desarrollo académico; ampliar la colaboración internacional en proyectos conjuntos; y cerrar brechas en la educación para la vida.

Estamos trabajando para completar la profesionalización del personal y la mejora de procesos de la universidad, con altos estándares de calidad, con foco en servicios al estudiante. Hace dos años emprendimos la implementación del sistema de gestión de la calidad con la norma ISO 21001.

Un gran desafío para las universidades es contribuir con la inclusión y cerrar las brechas de género, en los que tenemos avances significativos en Cayetano, así, el 28 % de nuestros alumnos están estudiando con Beca (Entre Beca18, becas privadas y las de la propia universidad), y el 65% de la población estudiantil son mujeres.

Resumiendo, mi participación, considero que universidad tiene un rol fundamental en la construcción de un futuro deseable para el país, al formar ciudadanos con gran compromiso social.