Procrastinación académica: Consejos para combatir este problema entre los estudiantes
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La procrastinación académica es el hábito de posponer o retrasar actividades relacionadas con el estudio, como hacer tareas, estudiar para exámenes o trabajar en proyectos, a pesar de ser conscientes de que esta demora puede tener consecuencias negativas. Este comportamiento puede estar motivado por diversos factores, como la falta de motivación, el miedo al fracaso, la baja autoestima y la falta de habilidades de gestión del tiempo, entre otros, sostuvo el doctor en psicología Alberto Alegre, en el programa Cayetanamente en Cayetano+, conducido por la doctora Dany Araujo.
El doctor Alegre, quien investiga temas relacionados con la procrastinación y dificultades para el aprendizaje, señaló que “los investigadores la vinculan a tres factores fundamentales: una falta de autorregulación, una baja eficacia o autoeficacia y una limitada o pobre gestión del tiempo”.
En el contexto actual, este tema cobra mayor relevancia debido a las múltiples demandas que exigen una mejor organización. “Entonces, hay diferentes esferas de nuestra vida que necesitamos mantener en constante balance y equilibrio”, agregó.
Pero, ¿cómo afrontar la procrastinación académica? Aquí algunas sugerencias del especialista:
- Admitir que existe un problema con la procrastinación: La autoevaluación honesta es el primer paso para entender el impacto negativo en tu rendimiento académico.
- Identificar las razones detrás de tu procrastinación: ¿Es el miedo al fracaso, la falta de interés en la materia o una sobrecarga de trabajo? Comprender las causas subyacentes puede ayudarte a abordarlas de manera efectiva.
- Dividir las tareas complejas: Segmenta las tareas en pequeños pasos y logros a intervalos de tiempo según complejidad, lo cual es algo que se aprende. No necesariamente funcionará desde el inicio, pero es importante tener tolerancia a la frustración.
- Organizar tu tiempo de manera eficiente: Usa una agenda o aplicaciones de gestión del tiempo para planificar tus actividades diarias, semanales y mensuales. La tecnología ofrece varias herramientas para organizar las actividades.
- Identificar y minimizar tus distracciones: Por ejemplo, el uso desmedido de las redes sociales y otros elementos.
- Asignar tiempos específicos a diferentes tareas y actividades del día o de la semana: Así evitarás sentirte abrumado por la sobrecarga académica que puede generarse al posponer actividades sin justificación.
- Encontrar el lado positivo de todas las materias o cursos: Incluso en aquellos que no son de tu agrado. Todas las materias contribuyen a la formación integral académica.
- Practicar la automotivación: Recompénsate después de completar una tarea o recuerda los beneficios a largo plazo de alcanzar tus metas académicas.
Además, es útil hablar y consultar con amigos que tengan mayores habilidades para ciertas materias académicas, así como con consejeros académicos que pueden brindar apoyo emocional y práctico.
En el ámbito universitario es importante reconocer nuestros propios logros para mantener la perseverancia frente a actividades que quizás no nos gusten mucho. Si no nos automotivamos y mantenemos creencias negativas sobre un curso desde el inicio, esto puede llevarnos a la desmotivación.
Por último, la labor de la escuela es crucial, ya que es el cimiento para una educación posterior. Educar e instruir a los estudiantes en la costumbre de no posponer responsabilidades es fundamental. La familia también juega rol importante, ya que es el espejo del cual los menores toman ciertos hábitos no recomendables.