Recurso-5cayetano-360

Obstaculizadores del desarrollo integral del niño

Publicado el

Redacción por :

DSC09405
Luz Mireya Pío Trujillo es estudiante de la carrera de Educación Inicial.

La importancia de ser parte del desarrollo de un niño menor de 5 años es crucial, ya que, en gran medida, dependerá de las oportunidades que le brindemos para favorecer e impulsar sus habilidades y capacidades durante esta etapa. En los primeros años de vida, el cerebro del niño experimenta una fase crítica de desarrollo, ya que tiene la mayor cantidad de conexiones neuronales que tendrá a lo largo de su vida. Este es el momento clave para consolidar su desarrollo en áreas fundamentales como el lenguaje, audición, visión y las funciones cognitivas. Por eso, es esencial que los adultos acompañen este proceso con compromiso, permitiendo que el niño sea el protagonista de las experiencias de aprendizaje. Pero, ¿qué ocurre con aquellos padres de familia o cuidadores que desconocen que el espacio, los objetos, la ropa, los juguetes e incluso ellos mismos juegan un rol importante en el desarrollo de sus hijos? Responder a esta pregunta sería extenso, por lo que en los siguientes párrafos me centraré en dos aspectos clave: los objetos y el papel del adulto.

Uno de los errores más comunes es colocar al niño en un andador o corral para el propio beneficio del adulto. Por ejemplo, cuando el niño está en el andador, el adulto puede estar ocupado en otras tareas. También, persiste la idea de que el andador ayuda al niño «a aprender a caminar», lo cual es un concepto erróneo. El niño necesita ser consciente de la fuerza de su propio cuerpo para sostenerse de manera autónoma. Ponerlo en un andador impide que explore esa capacidad y dificulta el desarrollo de su coordinación motora. Como señala Aucouturier, destacado autor en el área de psicomotricidad, si el niño no tiene las posibilidades de moverse libremente, no podrá explorar ni expresarse, lo que impedirá su desarrollo. Además, es importante respetar las etapas posturales del niño. Si aún no ha logrado sentarse, gatear, ponerse de pie, antes de dar sus primeros pasos, no debe ser colocado en un andador, ya que esto interfiere con el fortalecimiento de sus músculos. Lo mismo sucede con el corral: su espacio limitado y la falta de estabilidad de las redes impiden que el niño se mueva con libertad, lo que lo obliga a permanecer sentado la mayor parte del tiempo.

En cuanto al adulto, es frecuente observar que, durante las comidas, se utilicen dispositivos como el celular o la televisión para entretener al niño. Ana Quiroga, psicóloga social argentina, sostiene que exponer al niño a pantallas puede irritar sus centros nerviosos, lo que afecta su capacidad para conciliar el sueño y el desarrollo de habilidades sociales y cognitivas, como: dificultades para interactuar, escaso desarrollo de la creatividad e imaginación, problemas de atención y concentración, ya que la televisión ofrece estímulos cambiantes que interfieren con su aprendizaje activo. Por tanto, se debe limitar el uso de estos dispositivos, ya que el niño necesita interactuar cara a cara con los demás y estar en constante movimiento y exploración.

Por último, los adultos tenemos una gran responsabilidad en el bienestar y el desarrollo de los niños, desde casa. Es fundamental brindarles seguridad, protección y confianza, para que se sientan capaces de alcanzar sus objetivos de manera autónoma. Debemos tener claro que el niño es el protagonista de su propio proceso de aprendizaje y que todas las oportunidades que le brindemos deben facilitar, y no obstaculizar, su desarrollo integral.

Luz Mireya Pio Trujillo, estudiantes de la carrera de Educación Inicial